La calidad de la imagen realmente es deficiente, retomando el punto de merchandising, al ingresar al centro comercial es notable que existen botaderos de artículos que normalmente los consumidores no consideran adquirir en un centro comercial, además por la baja calidad que existen en estos, no como tal, dentro de esta variedad de artículos dentro de este pasillo que pone a la altura de la cintura y las manos productos como camisetas, chocolates, notebooks, cereales, etc.; debiendo hacer necesario mencionar que lo que son artículos como las notebooks están al costado derecho de la sucursal(del lado de la entrada del punto de venta, lo que principalmente atrae a los clientes en este momento son las notebooks, por su precio, es foco de atención alto, ya que la ubicación habitual se encuentran fuera del alcance al paso de los caminantes, claro está que por considerarse a Aurrera en la ciudad de Oaxaca por sus precios un punto de venta para el nivel socioeconómico del nivel C y D evidentemente es más hacia el D, posiblemente les agrade tener a la vista estos productos, pero en otro nivel socioeconómico causaría desconfianza el que este tipo de artículos se encontraran sobre cajas de cartón como cualquier artículo.
En el pasillo de leches en polvo se encuentran estas marcas, aprovechando se le ofrece la opción de adquirir biberones, mordedores para bebés lo que lleva a ir de compras las madres de familia con sus hijos de ver un biberón tanto agradable para la vista este consumidor se lleva ese producto, por la ilusión óptica de necesitar el producto; el consumidor solo acudía por la leche a esta zona de la tienda, pero “al ver se antoja”.  
En la zona fría pusieron una área caliente ofertando carritos de carrera con un cartel que promocionaba un precio de $9.90 aunque era una falacia, ya que los precios de estos oscila entre $20.00, este cartel en letras grandes es para que el cliente se percate del precio el cual es accesible. 
Entre las galletas se encuentran bolsas de globos que son atractivos para los niños que transitan con sus padres por tal pasillo, volviéndose una necesidad de la madre comprarlo para evitar un berrinche de los niños.
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